Uno de los efectos secundarios de la quimioterapia del cáncer es el desarrollo de una elevada sensibilidad térmica y mecánica en las manos y pies conocida con el nombre de neuropatía por quimioterapia. La incidencia de esta neuropatía puede alcanzar hasta el 80% de los pacientes y, aunque es reversible en la mayoría de los afectados, puesto que desaparecen gradualmente al terminar la quimioterapia, puede llegar a cronificarse hasta en el 30% de los pacientes. Los síntomas palmoplantares más molestos son dolor abrasivo, tanto calor como frio, descarga eléctrica, agujas pinchando y hormigueo. Estos síntomas son desquiciantes para los pacientes, y suelen acompañarse de comorbilidades como fatiga, insomnio y depresión. En el 40% de los casos, le resulta insoportable al paciente, por lo que se debe reducir la dosis de quimioterapia o incluso detener y cambiar el tratamiento, con el efecto terapéutico adverso que ello conlleva. No existen en la actualidad tratamientos que puedan aliviar los síntomas de esta neuropatía, puesto que las cremas cosméticas que se utilizan ofrecen un alivio transitorio. En los casos más graves se puede recurrir incluso a sedantes débiles.
El estudio realizado por el grupo de Antonio Ferrer Montiel, director del IDiBE, supone un avance en el conocimiento de las causas de la neuropatía por quimioterapia que abre las puertas al desarrollo de productos que alivien los síntomas de los pacientes oncológicos. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista British Journal of Pharmacology, desvelan que la actividad del termorreceptor neurosensorial TRPV1, descubierto por el doctor David Julius de la Universidad de California San Francisco y premio Nobel de Medicina y Cirugía 2021, está incrementada de forma sustancial. Esta hiperactividad de TRPV1 en las terminales sensoriales de manos y pies aparece como la causa inicial de la elevada sensibilidad que experimentan los pacientes oncológicos que desarrollan la neuropatía.
Una de las consecuencias más significativas de este avance científico, es que derivados no abrasivos de la capsaicina (o capsicum), un analgésico y anti-pruriginoso utilizado en clínica desde los años 80 para el tratamiento del dolor y prurito crónico, serán productos útiles para aliviar los síntomas de los pacientes con neuropatía por quimioterapia, incrementando su calidad de vida y contribuyendo a mantener a los pacientes en protocolos terapéuticos diseñados por los oncólogos.
La imagen de portada corresponde a la figura 9 del artículo, en la que se observa la tinción mediante inmunocitoquímica de neuronas de ganglios de raíz dorsal (DRG) de rata para detectar distintos receptores: TRPV1, TRPA1 y TRPM8, que se pueden ver en verde. Se comparan los datos obtenidos en condiciones control frente al tratamiento con paclitaxel. Las células también se han teñido mediante inmunocitoquímica con el marcador neuronal NeuN (rojo), y los núcleos celulares mediante el reactivo DAPI (azul).